EL CANTO DEL RUISEÑOR
¡Escucha mi silencio!
Es un susurro de libertad,
estoy en cada palabra no escrita
en todos los rincones
del sótano de la inseguridad.
El canto del Ruiseñor ha comenzado
porque mi voz se ha distraído,
porque la luz emigró a otro lado,
y al igual que ese canto,
esto es un llamado de auxilio.
Porque al llegar la noche,
la oscuridad pesa,
y aunque pueda llevarla a cuestas,
me niego a seguir auspiciando
la eterna crítica a mí mismo.
Ese diálogo insensato y arisco
que me aleja del misticismo
y de la fuente de la eternidad.
Eso que nunca fue dicho
tuvo un propósito,
en la mirada ciega de la confusión,
encontrarles sentido a los vocablos
extintos, descatalogados de la razón.
¡Escucha mi silencio!
Tiene tantas cosas que narrar,
lo hará a través de una Antología
concebida para darle forma
a infinitos versos,
componiendo poesía
y renaciendo a través de este trinar.