SINFONIA CANARIA
Comencé a mirar tus luces
en la ventana del avión,
nunca había visto tu imagen,
mis ojos brillaron con tu resplandor.
Llegué aquí por una voluntad ciega
que no sabía lo que debía esperar,
salí de prisa, no empaqué nada,
bueno, quizás solo mi espíritu
y esas ganas obstinadas
de hacer camino,
de encontrar al caminante,
de regocijarme en las artes
mientras escribo los versos
de mi propia fragilidad.
Respiro tu motivación, Tomas Morales,
entiendo tu musa al escribir
de este sagrado lugar,
el mar sonoro, la luna llena,
las olas y el valor de un pueblo
que siempre ha luchado por su equidad.
Alfredo Krauss suena a lo lejos
cantando una ópera de "Alfonsina y el mar"
mientras compongo mi sinfonía canaria,
dedicándole a esta tierra
una sagrada ovación.
¡Quiero que lo escuche el mundo:
¡Soy Canaria por devoción!
Hay tantas analogías entre nosotros,
su gente, también su calor,
renovaste toda mi senda, Gran Canaria,
floreció de nuevo mi creatividad
para ensalzar a tu gente
que me abrió los brazos
cuando yo buscaba mi lugar.
Hice un viaje trasatlántico
dejando el pasado donde debía estar,
el presente ahora es un milagro.
¡Gracias a ti, Canario!
y a ese hermoso término
denominado: ¡Canariedad!